Las emociones positivas, además de ser un componente esencial del bienestar, nos permiten construir recursos personales psicológicos que nos ayudan a afrontar las adversidades de la vida.
Recientes estudios científicos revelan que las emociones positivas impactan considerablemente no solo en la salud física y mental, también favorecen la creatividad, la inteligencia, la toma de decisiones, la autoexpansión y la calidad de nuestras relaciones sociales.
¿PARA QUÉ SIRVEN LAS EMOCIONES POSITIVAS?
1.Favorecen el aprendizaje de recursos personales y psicológicos
Las emociones positivas permiten ampliar y construir repertorios de pensamiento y acción, tales como recursos físicos, intelectuales, psicológicos y sociales, que estarán disponibles para momentos futuros.
Las funciones de las emociones positivas complementan las funciones de las emociones negativas y ambas son igualmente importantes en un contexto evolutivo.
Las emociones negativas solucionan problemas de supervivencia inmediata. Por ejemplo, la ira prepara para el ataque, el miedo para la huida, etc., mientras que las emociones positivas promueven las habilidades psicológicas que permiten descubrir e inventar posibilidades, y desarrollar las habilidades sociales adecuadas para generar vínculos entre personas y desarrollar conductas de ayuda.
2. Favorecen el desarrollo mental y la creatividad.
Las emociones positivas también contribuyen al desarrollo cognitivo y atencional, al uso de interacciones complejas o la exploración de nuevas capacidades.
De igual modo, la experimentación de emociones positivas incrementa la flexibilidad cognitiva, la creatividad y la innovación en la resolución de problemas.
3. Contribuyen a una toma de decisiones más acertadas
Las emociones positivas mejoran la forma de pensar. El afecto positivo se relaciona con una organización cognitiva más abierta, flexible y compleja y con la habilidad para integrar distintos tipos de información.
El resultado de esta forma de pensar hace que nuestros juicios y opiniones sean más sensatos y acertados, favoreciendo, por tanto, una mejor toma de decisiones.
En las últimas décadas se ha comenzado a poner de manifiesto que los estados positivos, a nivel psicológico, no sólo forman parte integral de la salud, sino que pueden jugar un rol protector en relación a la aparición de problemas físicos y enfermedades, así como en los procesos de recuperación de las mismas.
Existe evidencia empírica que demuestra que el afecto positivo se relaciona con el bienestar físico.
5. Mejoran las relaciones sociales.
En este sentido, se ha observado que las emociones positivas favorecen la autoexpansión, lo cual contribuye, a una mejora en las relaciones interpersonales…
La autoexpansión está relacionada con el sentimiento de estar conectado con otros. Las investigaciones sugieren que las emociones positivas son potentes predictores de los cambios producidos en la cognición social, en el sentido de adquirir una visión más autoexpansiva en las relaciones sociales, con visiones menos prejuiciosas y estereotipadas.
Las personas que experimentan mayor afectividad positiva son más propensas a encontrar puntos de encuentro con otras personas…
La positividad no se refiere únicamente a una tendencia a pensar positivamente sobre el futuro, ni a un sistema de cogniciones autorreferentes positivas, sino a un rasgo de personalidad general que refleja la tendencia a vivenciar positivamente varios dominios de la vida, como el trabajo, la amistad, la familia, las relaciones de pareja, etc…
Esta se ha asociado con una mejor salud física, un balance afectivo más positivo y alta calidad percibida en las relaciones interpersonales.
Si quieres comenzar a gestionar tus emociones de forma saludable para tener mayor bienestar solicita UNA SESIÓN INFORMATIVA GRATUITA a través de WhatsApp, en el 607714443.